Las espadas del caos
Kratos estaba a merced del jefe bárbaro, pero para el espartano, la victoria se debía conseguir a cualquier precio, aunque ese precio fuese su mismísima alma. Por eso, ante el inminente golpe de gracia del jefe bárbaro, le suplica a Ares, dios de la guerra, la victoria a cambio de su vida diciendo "Ares, destruye a mis enemigos y mi vida es tuya". Entonces, el dios desciende del Olimpo cerrando el trato que le había ofrecido Kratos y destruye a todos los enemigos de éste, quemándolos, explotándoles la cabeza o doblando sus cuerpo hasta quebrarse. Como cierre, entrega a Kratos las Espadas del Caos, espadas forjadas en los fuegos del Hades, que quedaron fundidas mediante unas cadenas a sus brazos. Kratos cortó con estas espadas la cabeza del jefe bárbaro. Desde ese momento, ya con la victoria consumada frente a los bárbaros, Kratos se convirtió en el fiel guerrero de su amo, esparciendo con sus ejercitos repletos de feroces soldados el mensaje de guerra y dominio de su dios, Ares.
El precio de la victoria
Aldeas, pueblos y ciudades sucumbían ante la presencia de Kratos y su ejército, uniéndosele cada vez más soldados. Sin embargo, un día, Ares le ordena conquistar una común y casi inofensiva aldea, una tarea muy fácil aparentemente. Y así fue, la aldea empezó a ser quemada y sus habitantes fueron cruelmente asesinados. Pero a Kratos le resultaba extrañamente peculiar el templo de la aldea. Ante la mirada atenta del guerrero espartano hacia tal templo, el oráculo de la aldea le menciona, o advierte, nunca atravezar las puertas del templo, nunca poner un pie dentro, ya que significaría su mismísima perdición. Kratos, impaciente y agresivo como siempre, hace a un costado al oráculo y derriba las puertas del templo. Nublado por el humo que había dentro, Kratos empieza a matar a todos sus habitantes sin prestar atención a quien aniquilaba. Y así es, que con un último movimiento de espadas, derriba a sus últimas dos victimas, aquellas dos víctimas que lo marcarían por el resto de su vida: rodeadas de un charco de sangre, yacían en el piso su esposa e hija.
Sus manos con la sangre de su familia, quedarían en su memoria por siempre. Su esposa, quien trataba de que Kratos parara con la masacre de las guerras, sucumbía ante la crueldad de su propio esposo. Esto era demasiado incluso para Kratos, quién no podía creer lo que había hecho. Es así como Ares, mientras su fiel guerrero sostenía entre sus brazos a su esposa muerta, le dice "Ahora con tu mujer y tu hija muerta, nada podrá detenerte, te volverás incluso más fuerte ¡Te volverás la muerte misma!". Kratos se retira del templo, que ya era azotado por las llamas que había iniciado el ejército, y a la salida del mismo, se hallaba quien más sino la oráculo, quien le dice que por sus terribles hechos deberá cargar con la maldición de llevar impregnada a la piel las cenizas de su esposa e hija. Y fue así, como de ahí en adelante, todos reconocerían a Kratos por lo que había hecho, su piel totalmente blanca, inconfundible, lo convertiría en el "Fantasma de Esparta" ("TheGhost Of Sparta"), para así nunca poder olvidar su pasado siniestro.
Sus manos con la sangre de su familia, quedarían en su memoria por siempre. Su esposa, quien trataba de que Kratos parara con la masacre de las guerras, sucumbía ante la crueldad de su propio esposo. Esto era demasiado incluso para Kratos, quién no podía creer lo que había hecho. Es así como Ares, mientras su fiel guerrero sostenía entre sus brazos a su esposa muerta, le dice "Ahora con tu mujer y tu hija muerta, nada podrá detenerte, te volverás incluso más fuerte ¡Te volverás la muerte misma!". Kratos se retira del templo, que ya era azotado por las llamas que había iniciado el ejército, y a la salida del mismo, se hallaba quien más sino la oráculo, quien le dice que por sus terribles hechos deberá cargar con la maldición de llevar impregnada a la piel las cenizas de su esposa e hija. Y fue así, como de ahí en adelante, todos reconocerían a Kratos por lo que había hecho, su piel totalmente blanca, inconfundible, lo convertiría en el "Fantasma de Esparta" ("TheGhost Of Sparta"), para así nunca poder olvidar su pasado siniestro.